Ya queda menos. En tan solo tres semanas un grupo de enfermeras y psicólogas junto a una criminóloga y una periodista emprenderemos un viaje extraordinario a los campamentos de refugiados del Sáhara, en Tindouf, al norte de Argelia.
La búsqueda de recursos y materiales tanto sanitarios como escolares ha sido nuestra prioridad en los últimos dos meses desde que decidimos emprender este sueño. Una aventura que no comienza con el viaje desde Madrid a Argel, ni con la furgoneta de Bilbo a Barajas. Un camino que empezó en el momento en el que pedimos a nuestros amigos y amigas, conocidos y conocidas e incluso gente que no conocíamos, una mínima aportación. Un granito de solidaridad, ya que toda ayuda es poca para el pueblo saharaui.
Nadie dijo que fuese fácil emprender este camino de forma solidaria. Nos hemos tropezado con piedras disfrazadas de "no", sobre todo en aquellos hospitales y colegios públicos sacudidos por los recortes. Pero finalmente, lo hemos conseguido, y estamos preparadas.
Preparadas para vivir esta experiencia de una forma única, para ayudar en todo aquello que podamos, para dejar claro al pueblo saharaui que no luchan solos, que tienen no solo nuestras diez miradas puestas en ellos, si no que muchas más. Las de toda aquella gente que ha ayudado a que este proyecto se haga realidad, y aquellos que comprenden y entienden la lucha por su pueblo, por sus tierras y por su libertad.
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